lunes, 20 de octubre de 2008

La pequeña historia de las Rosquillas de San Froilán


Ya conocemos la historia de esas deliciosas rosquillas que cada año endulzan la fiesta de San Froilán, el santo patrono de la diócesis leonesa, y vamos a contársela tal y como nos la ha relatado uno de los más ilustres confiteros de la capital, Luis César García González, el jefe supremo de los obradores de la renombrada Confitería Asturias.

César, que nació en la localidad asturiana de Grado, lleva viviendo en León más de cincuenta años, y una buena parte de su existencia la ha dedicado a la dulcería. Pero, además, es un hombre curioso que se preocupa por conocer los detalles y los entresijos de su profesión.

Nos ha contado César que la primera vez que estas ahora famosas rosquillas se hicieron en León, fue hace ya bastante más de veinte años, su procedencia bien pudiera ser de la confitería alemana que tan bien conoce Santiago Pérez, de las desaparecidas Confiterías La Coyantina. Santiago hizo el servicio militar en Gijón y aprovechó este tiempo para aprender en el obrador de un ilustre confitero alemán instalado entonces en la marítima plaza. Después vivió varios años en Alemania, siempre aprendiendo. Él, como decíamos, hizo estas rosquillas por primera vez en esta plaza y, la verdad, no obtuvieron un éxito demasiado importante. Por ello dejó de ofrecerlas en sus confiterías, aunque no las ha olvidado ni mucho menos, ya que figuran en los estupendos recetarios de de la escuela que el creó y que aún sigue funcionando bajo de dirección de su hijo.

Fue Cesar el que andando el tiempo, hace ocho o diez años recuperó la receta y las presentó en La Asturiana, cosechando un éxito importante. A partir de aquí son muchos los que se han unido para festejar al ilustrado santo y así en este momento se han convertido en unas rosquillas muy apreciadas por los leoneses.

“De cualquier forma –nos comenta César- hay una confitería en Madrid – La Mallorquina- que las ha elaborado desde siempre y que las ofrece durante todo el año. Con una diferencia, las madrileñas son de un tamaño bastante más grande, aunque con las mismas características”.

Sus ingredientes son: leche, mantequilla, harina, huevos y azúcar… y para mas detalles les aconsejamos que recurran a Santiago Pérez, un incombustible enamorado de la confitería que les enseñará a hacerlas con su proverbias gentileza.



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