miércoles, 30 de julio de 2008

(Liliana Golubinsky)Dibujos para una historia bonaerense


La pintora argentina Liliana Golubinsky expone en Arte Lancia

Liliana Golubinsky tiene nombre de espía soviética en plena guerra fría. Pero nació en Argentina en un año del que no quiere acordarse. Liliana no trafica con secretos sino que intenta contarnos historias, sus historias, a través de la pintura. “Mi pintura es la vida, la vida diaria, la vida en Buenos Aires, donde uno está inmerso entre los autos, los carros, la gente que se pisa y se empuja, los aviones que vuelan locos porque en los aeropuertos no funcionan los radares… es el torbellino de la existencia diaria”.

La pintora es una mujer rubia de aspecto delicado, su voz tiene la cadencia dulce de los ciudadanos porteños… pero su pintura es enérgica, creada a partir de trazos agresivos, sus historias son ácidas, sus colores potentes… nada tiene que ver su personalidad externa con lo que bulle en su interior y se manifiesta con enorme sinceridad en sus lienzos. Ella ve el mundo que le rodea como un gran circo, con seres extraños, con equilibristas indolentes y crueles domadores que ejercen su magisterio en las calles-jungla de la gran ciudad. “La vida –explica- es un circo terrorífico que intento reflejar en su más cruda realidad. Pero también pinto a muchas personas que se miran a los ojos, estableciendo entre ellos una línea de luz. Porque la gente de hoy se comunica sin mirarse”.

Los cuadros de la última etapa de Liliana, los que ahora podemos ver en la galería Arte Lancia, tienen como protagonista a la línea, el dibujo manda sobre los colores. “Todo es pintura y todo es dibujo –explica- mis cuadros unas veces son puro dibujo y otras puro color, según las ganas que tenga de dibujar o de echar la tela al suelo y derramar colores sobre ella”.

La pintora tiene una existencia migratoria, haces unos meses exponía en Madrid, la pasada semana terminaba una exposición en Buenos Aires, ahora está en León con sus cuadros, aunque cuando trabaja siempre tiene el pensamiento puesto en su ciudad, en la metrópoli bonaerense. “Mi pintura actual es una extrema síntesis, es un fondo de lino natural con unos personajes flotando en el aire”. Pero estos peculiares personajes también habitan sillas y pequeños bancos que la pintora decora con singular originalidad. “Con esto –dice- empecé por diversión, mi casa está llena de banquitos y de sillas pintados. Son dibujos que me salen del alma, están hechos directamente sobre la tela, quizá mis cuadros sean los bocetos para luego ilustrar estos pequeños muebles”.

El expresionismo alemán, el cómic y grandes dosis de imaginación se unen en los cuadros y muebles de esta original artista argentina que aunque tiene nombre de espía soviética es una dulce mujer que pinta y pinta de la mañana a la noche.

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