lunes, 26 de mayo de 2008

(José Luis Casas) Recuerdos en las piedras

El escultor leonés José Luis Casas Paramio expone en la galería de arte Ármaga


La escultura de José Luis Casas muestra toda su potencia en los grandes monumentos urbanos, pero es muy interesante conocer sus obras de menor tamaño, esas esculturas íntimas que en muchas ocasiones son solamente en peldaño necesario para pasar después a las grandes dimensiones. La piedra y el hierro, el hierro y la madera, los materiales más duros se convierten milagrosamente en dóciles estatuas en las fuertes manos del este singular escultor leonés.

La galería de arte Ármaga presenta estos días, Remembranzas, una muestra de los últimos trabajos del artista en los que sus materiales más característicos, el hierro, la madera y la piedra, se combinan para mostrarnos unos volúmenes de contenida belleza. Unas obras en las que la imaginación se deja domar por las férreas estructuras, en las que las grandes piedras, cantos rodados recogidos de forma aleatoria en cualquier corriente como testigos de una naturaleza en constante cambio, sufren una fragmentación en las manos del artista, para luego, con enorme mimo reconstruirlas y dotarlas de ese soplo de vida que buscaron inútilmente durante siglos en lo más profundo del cauce de los ríos donde han vivido.

Explica Casas que sus esculturas “siguen la línea de Fracturas Líticas, mi última exposición en el palacio de los Guzmanes, pero con otra vuelta de tuerca, jugando más con el metal que con la madera”.

Podríamos pensar que el escultor, acostumbrado a realizar grandes obras. Dejaría de lado las de pequeño formato, pero no: “Las esculturas de gran tamaño son una suma de graves problemas, mientras que en las pequeñas los problemas se minimizan, o al menos están a una escala más humana, más del individuo. Siempre te encuentras más a gusto cuando puedes controlar las cosas”.

En esta ocasión José Luis Casas ofrece también una serie de esculturas de pared, él no quiere llamarlas cuadros, “Son bajo relieves en madera –dice- en los que el espacio, la profundidad, tiene mucha importancia”.

Del artista, que se inspira en versos de José Luis Borges, ha dicho Cristina Martínez: “Sus obras poseen gran fuerza y potencia, en ellas existe una lucha interna entre los distintos materiales que utiliza, por un lado la madera, material orgánico, cambiante, vivo, que se degrada, que siempre avanza; y, por otro lado, el hierro, un material estático, inerte, inalterable”. Y en medio esas piedras que unas veces sufren prisión y otras son delicadamente acariciadas por los otros elementos escultóricos.

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