Es malagueño, vive en Sevilla y tiene prisionera en sus cuadros toda la luz de su tierra. Juan José Gómez de la Torre muestra en Arte Lancia una obra poderosa, colorista y muy actual, absolutamente emparentada con los impresionistas y el expresionismo alemán. Sus citas a estos ya clásicos movimientos las hace desde una visión contemporánea de la pintura basada en el dibujo, es catedrático en la Universidad de Sevilla, y en la potencia del color.
Su formación académica le hace tener una sólida base a la hora de ponerse ante el lienzo. Pero eso no significa que esté anclado en el pasado. “Mi carrera ha sido, y sigue siendo, una continua búsqueda. Me gusta experimentar, descubrir nuevas posibilidades para mi pintura, siempre intentando estar motivado aquellas ideas, aquellas motivaciones que te llevan a expresarte a través de la pintura”.
La Escuela Sevillana de pintura fue un movimiento, basado en el realismo mágico, que durante el último tercio del siglo XX estuvo de moda, pero Gómez de la Torre nunca participó de ella. “Yo siempre he estado al margen de las distintas corrientes artísticas andaluzas. El tipo de obra que hago es muy personal y nunca ha encajado dentro de los grupos que se han ido creando a lo largo de los últimos decenios”.
El pintor define su obra: “Yo estoy muy cogido entre el impresionismo y el expresionismo, quizá por ello gusten tanto mis cuadros en Alemania, mis verdaderos referentes son los maestros del impresionismo. Estoy muy comprometido con el estudio de color, de la luz en las distintas estaciones... en definitiva con el juego del color y la luz. Hay dos temas que interesan especialmente, los bodegones y el paisaje. Pero en muchas ocasiones detrás de cualquier bodegón hay algo más. El motivo es lo menos importante, lo realmente sustantivo en el tratamiento pictórico que le doy. Lo que me preocupa es solucionar los problemas de los cánones compositivos, la teoría pura del color... A veces todos estos planteamientos son simplemente excusas para ponerme a pintar, para expresar mis sensaciones”.
Confiesa el pintor que normalmente trabaja con apuntes recogidos del natural, “con acuarelas pintadas rápidamente en cualquier rincón que después, en mi estudio sevillano, se convierten en los óleos que se pueden ver en esta exposición”.
La mejor definición de la pintura de Gómez de la Torre es la de que se trata de una obra experimental, en continua búsqueda de nuevas posibilidades, de caminos diferentes para capturar toda la belleza de la luz meridional de Andalucía.
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