El chocolate llegó estar prohibido, fue considerado como un sensual manjar que incitaba al pecado. De cualquier manera desde su llegada de América significó una auténtica revolución. Las meriendas en torno al brasero con las generosas jícaras de chocolate despidiendo el incomparable aroma de este fruto, acompañado de los de la vainilla y la canela, fueron una constante en toda Europa. También en España, donde el chocolate del párroco después del rosario vespertino era de obligado cumplimiento.
Aunque las codornices y otras carnes cubiertas de chocolate son lejanas recetas que por derecho propio figuran en lo más escogido de la cocina tradicional. Pero ha tenido que ser la nueva cocina, la que ha puesto otra vez de candente actualidad este producto que para los indígenas americanos era alimento de los dioses.
Acaba de llegar a León, concretamente a la calle de Cervantes, en lo más típico del cuadrado que en su tiempo ocuparon las legiones romanas, una franquicia que representa a una de las fábricas de chocolates más antiguas y más prestigiosas de España. Valor.
“Desde tiempos inmemoriales –nos cuentan- hemos seleccionado el mejor cacao, mezclándolo con diferentes elementos para lograr la fuerza con la que hoy llega a su paladar en forma de chocolate. El secreto de su fabricación se basa en la selección de las mejores semillas procedentes de diferentes partes del mundo, con su correspondiente mezcla en las proporciones exactas. Preparamos el chocolate cuidando cada pequeño detalle para que sea disfrutado con paciencia, con lentitud, con todos los sentidos... despertando los más íntimos deseos de placer”.
La nueva chocolatería se ha ubicado en el local en el que estuvo durante muchos años el Café Cervantes, una enorme cafetería desparecida en los finales de los años sesenta, en los que podía verse una monumental cafetera que hoy sería pieza de museo, y una singular máquina de hacer agua de selz, que también debió ser salvada por poder considerársela como un monumento hostelero. Además de otros muchos detalles propios de los cafés de finales de los años treinta y principios de los cuarenta del pasado siglo, como sus mesas de mármol.
Un nuevo concepto de chocolatería
María Lourdes Tascón y Miguel Ángel Murillo, están al frente de este novedoso establecimiento que, además de una amplia barra y un cumplido espacio para las correspondientes mesas, tiene un delicioso rincón que es una auténtica boutique del chocolate. En él se pueden encontrar toda clase de bombones y los más sofisticados fabricados a partir del chocolate, que se pueden comprar por kilos, siempre perfectamente empaquetados, con todos los honores que tan finos presentes merecen.
Nos cuenta Miguel Ángel que decidieron abrir este establecimiento porque “Sabíamos que en León gusta mucho el chocolate y esta marca que representamos tiene muchísima calidad. Conocíamos a gente que viajaba a Asturias, a Gijón o a Oviedo para degustar chocolate, por eso pensamos que teníamos un sitio en León... y aquí estamos”.
Hay mas cosas pero en Valor se dedican con especial mimo al chocolate. Chocolate con y sin azúcar, espeso o ligero, en solitario o acompañado...
Los chocolates uno por uno
Vamos a referirles algunas de las especialidades de la casa: El más clásico es el chocolate a la taza con churros, que tiene la primera variación en el chocolate a la taza “a la española” y la segunda con el añadido de nata. Digamos que los chocolates se sirven aquí cada uno con su temperatura apropiada, por ejemplo los dos primeros a 75 grados, mientras que el acompañado por la nata, se sirve a 60. Vienen después el chocolate a la taza sin azúcar; el Soconucos; el blanco de Nepal, con cacao porcelana blanco y un ligero toque de vainilla; el Mediterráneo con cacao Carenero, que compendia los mejores sabores del Caribe con la naranja levantina; el Maya , con cacao criollo, impregnado de misticismo y con la suavidad de la canela.
En un segundo vuelco nos encontramos con el chocolate frío a la francesa; el frío con nata, la copa Valor, un granizado de chocolate puro con nata adornado con chocoperla y fideos de chocolate; los granizados de chocolate puro y chocolate blanco y la chocomerienda, un batido de chocolate con pan, ideal para la media tarde.
Delicias complementarias
Hay una tarta que se llama Pasión por el chocolate, que es un auténtico placer para los sentidos. Y hay también una serie de fondue acompañadas de frutas frescas de temporada, fresas, manzanas, piñas... También fresas con chocolate caliente y fresas con nata y chocolate caliente. Tampoco podemos olvidar sus profiteroles, rellenos de un delicioso mantecado; el tiramisú con queso mascarpone, las mousses de chocolate puro, choclote blanco y de fresa. Ni los helados bañados de chocolate negro. Ni los batidos, ni los granizados...
Los amantes del chocolate tienen, como pueden ver, un amplio muestrario para disfrutarlo de mil maneras diferentes, pueden dedicar días y días a tomar chocolates diferentes sin repetirse.
Otras especialidades
Pero si usted en vez de amante del chocolate lo es del café, también este puede ser un lugar perfecto para disfrutarlo. Cafés de Guatemala, de Jamaica, de Viena, expressos, bombón, capuchino, vienés... y un largo etc., que se conjuga con infusiones, zumos naturales y también repostería: churros, tostadas con aceite, croissant, ensaimadas, magdalenas... En fin que todos los paladares quedarán satisfechos.
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Chocolatería Valor
Calle de Cervantes número 4
León
Horario: de 9,00 a 13,30 y de
17,00 a 21,30 (sábados y domingos se cierra una hora más tarde)
Menú recomendado: Chocolate con churros a la taza
Precio: 2,40 euros
Calificación; (de 1 a 5) ****
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