martes, 9 de septiembre de 2008

(Antonio Suárez)Un maestro asturiano


El veterano pintor Antonio Suárez, que perteneció al mítico grupo El Paso, presenta sus obras en la galería Ármaga. C. Santos

La galería de arte Ármaga saluda a la nueva temporada con una sensacional exposición del pintor asturiano Antonio Suárez (Gijón, 1923). Se trata de una colección en la que se recogen obras de varias épocas, la más antigua de 1954, pero que a pesar de ello tiene una gran unidad. Este clásico de la pintura española del siglo XX nos muestra una pintura de colores delicados y fuertes acentos matéricos en el contorno de sus dibujos. En la obra que podemos ver en León se aprecia un cierto acercamiento al informalismo, pero sin llegar nunca a traspasar la frontera que le haría perder la referencia de la realidad. Bodegones, paisajes y figuras, especialmente desnudos femeninos apenas insinuados por el empleo de las manchas de color, nos ponen en contacto con una de las figuras señeras de la pintura contemporánea, especialmente si recordamos que fue uno de los fundadores del mítico grupo El Paso.

El Paso surge durante la posguerra española, año 1959, gracias a un grupo de artistas vanguardistas que se propusieron acabar con el estancamiento en el que se encontraba el arte español en ese momento. Su intención era renovar el panorama artístico que la posguerra había paralizado. Los componentes del grupo eran los pintores Rafael Canogar, Luís Feito, Juana Francés, Manuel Millares, Antonio Saura, Antonio Suárez, los escultores Pablo Serrano y Martín Chirino y los críticos Manuel Conde y José Ayllón. Poco después se sumaron los pintores Manuel Rivera y Manuel Viola. Su manifiesto fundacional fue publicado en 1957. En mayo de 1960, cumplidos sus propósitos iniciales, el grupo se disolvió.

Comenta el crítico Luis Burgos que “aunque todos ellos poseían una trayectoria previa individualizada, tomaron como punto de partida estético el gestualismo abstracto o la pintura de acción. Hacen una pintura en la cual la figuración está casi ausente, se adentran en la abstracción pictórica y experimentan con materiales y texturas. Los protagonistas son el gesto, la pincelada violenta y empastada, el arañazo al lienzo, el dripping, el empleo de la arpillera, la tela metálica, la arena, los objetos pegados…”

Solamente el generoso empleo de la materia recuerda en los cuadros de Antonio Suárez que pueden contemplarse en Ármaga su pertenencia al grupo vanguardista de los cincuenta. Aquí, quizá como efecto del paso de los años, nos encontramos con una pintura reposada que poco tiene que ver con las coordenadas que guiaron las sendas artísticas de El Paso.

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