Leonés de adopción, Manuel Ángel García González (Sotrondio, Asturias, 1964) es quizá el artista que en más ocasiones ha retratado los monumentos leoneses, naturalmente con el permiso del maestro Garcés. Su especialidad es el grabado y con esta laboriosa técnica ha pasado a las dos dimensiones del papel las imágenes más emblemáticas de la ciudad.
Manuel Ángel García hace grabados al mejor estilo romántico, buscando antiguas perspectivas y poblando el escenario de personajes que, en muchas ocasiones, bien pudieran pertenecer a una época pretérita perdida en la memoria. Aunque, por otra parte, intenta innovar en su técnica empleando los colores de una forma muy personal.
Comenta el artista que la técnica del grabado es muy complicada y que él, más que la gloria artística, que también, intenta conseguir que su trabajo le permita vivir. “Los artistas tenemos muy difícil el ganarnos el sustento, por eso yo he intentado llevar mis obras a un camino de distribución muy alejado del de las tradicionales galerías. Mis grabados pueden verse en los escaparates de las tiendas de regalo, en talleres de enmarcación, incluso en superficies dedicadas a la venta de muebles. Hubiera preferido hacer muchas exposiciones como esta de Caja España, que para mí significa una gran satisfacción, pero la manera de ganarse la vida, desgraciadamente, es la otra”.
En la exposición puede verse un resumen de toda su carrera, desde sus primeros balbuceos hasta la actualidad. En sus tiempos noveles practicaba un dibujo más suelto, intentando imprimir su carácter a los motivos que interpretaba. Poco a poco ha ido refinando su manera de grabar y se ha acercado a un concepto más clásico. “Bueno, todo esto es relativo, en los últimos tiempos estoy intentando cambiar, incluso he realizado grabados sobre distintos personajes, uno de ellos, Dulcinea, puede verse en la exposición. Es un intento de iniciar una etapa diferente”.
Las técnicas empleadas son muchas, casi todas las posibles en el mundo del grabado. “Sobre todo en los primeros tiempos hacía mis planchas sobre madera o zinc, que son materiales más baratos, por ello las tiradas no podían pasar de cincuenta ejemplares. Después ya trabajé con cobre, con lo que me he acercado a los cien, aunque no me interesa que las reproducciones pasen de estos números, pues así las obras pueden considerarse casi como únicas. Últimamente estoy intentando trabajar sobre hierro, lo que me permitiría, si lo creyera conveniente, imprimir tiradas muy grandes sin que la plancha sufriera pero, como digo, eso no voy ha hacerlo”.
2 comentarios:
Manuel..es grato leer textos q impregnan la mente y el espiritu. ..vilma desde chile
La sensibilidad impregnada en los colores tu obra le hablo a mi alma y mis ojos se llenaron d emocion.,gracias
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